La Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería (CAEA), en colaboración con la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades de la Junta de Andalucía, está impulsando la Campaña “La distribución comercial frente a la despoblación en Andalucía”, con el objetivo de informar y sensibilizar sobre la importancia que posee el sector de la distribución comercial para la vertebración social y económica de Andalucía y, en concreto, para frenar la despoblación, poniendo en valor el significativo papel que lleva a cabo el canal mayorista, así como el de todos y cada uno de los eslabones de la cadena de valor alimentaria: sector productor, industria, transformación, transporte, canal mayorista y plataformas logísticas, comercio minorista y canal horeca.
En nuestra Comunidad Autónoma existen 242.000 explotaciones agrarias, 27.300 explotaciones ganaderas, 2.400 operadores pesqueros y 7.000 industrias alimentarias. Dado que no es posible que cada uno de estos 278.700 productores de alimentos en origen haga llegar directamente sus productos a los casi 8 millones y medio de andaluces, o bien que estos ciudadanos acudan a comprar personalmente dichos productos a los puntos en origen, es por lo que hay 35.000 establecimientos comerciales de alimentación, droguería y perfumería en Andalucía donde se venden al consumidor final productos alimentarios y esenciales de primera necesidad, así como 52.000 establecimientos del canal horeca, hoteles, restaurantes, cafeterías, etc. donde se sirven dichos productos.
Por razones de logística y movilidad tampoco es posible que los más de 278.700 operadores en origen donde se producen o fabrican alimentos que hay en Andalucía hagan llegar directamente sus productos a los más de 87.000 establecimientos comerciales minoristas y del canal horeca, por lo que se hace igualmente necesario una compleja red de comercialización y distribución intermedia, basada en el canal mayorista, cash & carry y plataformas logísticas, y conectada mediante el sector transporte. En concreto, existen en Andalucía 150 establecimientos mayoristas, cash & carry y plataformas logísticas de alimentación, droguería y perfumería. Dicho canal mayorista agrupa los productos, y los distribuye a la totalidad de la población andaluza (785 municipios y 8,5 millones de habitantes), a través de tiendas de comercio tradicional y supermercados, y también al canal horeca.
El mantenimiento de estos comercios en las zonas rurales y, especialmente, los de base alimentaria, se presenta como fundamental para frenar la despoblación que sufren estas localidades año tras año, vinculada, en gran medida, a la escasez de servicios. Muchos de estos establecimientos comerciales en núcleos rurales están regentados por autónomos o micropymes, de forma independiente, como socios de cooperativas o bien en modalidad franquicia.
Las tiendas rurales son, en general, pequeños establecimientos comerciales sin espacio de almacenamiento, zonas de difícil acceso y, muchas veces, con complicaciones para la descarga, en los que la rotación de los productos y el abastecimiento frecuente es fundamental. Es aquí donde resulta clave la labor estratégica que desarrolla el canal mayorista, su gran capilaridad y la centralización de las mercancías permite ofrecer un suministro completo, de calidad, seguro y a precios competitivos. Gracias a ello, en Andalucía no existen desiertos alimentarios y todos los ciudadanos tienen a menos de 10 minutos de su casa una tienda con acceso a productos frescos, dieta mediterránea, cardiosaludable, etc.
El precio que pagan los ciudadanos por los productos es el resultado de sumar todos los costes directos e indirectos de cada uno de los operadores de la cadena: sector productor, comercializadoras en origen, industria y transformación, transporte, mayoristas, cash&carry y plataformas logísticas, comercios minoristas y establecimientos del canal horeca. Cada uno de esos actores posee costes laborales de personal, de impuestos, alquileres, transporte y carburante, energéticos y electricidad, seguros, seguridad alimentaria y trazabilidad, materias primas y envases, etc., que dan como resultado el PVP de los productos. Este precio final es el que hace posible “el milagro de la distribución”, es decir, que todos los ciudadanos tengan todas las mañanas, a escasos metros de su casa y en un mismo establecimiento, todos los productos que necesitan en su vida diaria a unos precios competitivos.
En resumen, la distribución comercial cumple actualmente una triple función:
- Social, garantizando el abastecimiento a todos los andaluces y evitando la despoblación. Una cadena de valor fuerte y colaborativa es un factor ineludible para impulsar la fijación de población en estas zonas.
- Económica, generando riqueza y valor en los municipios andaluces. El liderazgo de las cadenas de supermercados, autoservicios y mayoristas locales y regionales, apoyadas en sus respectivas centrales de compra, supone una oportunidad para los productores locales.
- Medio ambiental, reduciendo el impacto en emisiones, dado que, por una parte, el comercio de proximidad es el más sostenible al acudir andando a las tiendas el 90% de los consumidores; y, por otra, la centralización de mercancías permite optimizar rutas y abastecer con un solo camión a muchos comercios, avanzándose además hacia la modernización de flotas con modelos energéticamente más eficientes.
Pero el mérito no es sólo de la distribución comercial, sino de toda la cadena de valor, en la que cada operador es imprescindible para evitar roturas de stock o desabastecimiento incluso en los momentos más complicados, en pandemia, con huracanes, nevadas, inundaciones, la erupción de volcanes, o en la llamada “tormenta perfecta” en la que nos encontramos.
Esto no sería posible sin la necesaria y estable colaboración entre los eslabones de la cadena, para compartir riesgos y beneficios, para lograr un mayor eficiencia, competitividad, equilibrio y sostenibilidad, y para garantizar en todo momento el suministro a los andaluces, como sector esencial, en las mejores condiciones de calidad, seguridad alimentaria y precio.
Juntos hacemos frente a la despoblación y ocurre… ¡El milagro de la distribución!
Fuente: Nota de Prensa CAEA